La libertad de pensar.

Somos ávidos para clasificar o encasillar,
a cada persona por insignificantes gestos.
Prejuzgando lo que piensan con facilidad,
sin detenernos a escuchar o a observar.
La razón no tiene muchos entresijos,
simplemente no comprendemos la diferencia.
Ser diferente y no seguir patrones habituales,
manifestando pensamientos independientes,
no es usual e incómoda a quien no lo hace.
Pensar es un ejercicio de constancia y pasión,
donde descubrir enriquece el alma y el corazón.
Un encuentro con nuestros silencios profundos,
en los que la vida se detiene para crear futuros.
Crear, es la cultura de esculpir nuestro espíritu,
haciéndolo volar por el universo de los sueños.
Soñar, es desplegar las alas de la libertad,
sobrevolando sin ataduras los límites de la realidad.
No ceder ni rendirse persistiendo ante los obstáculos,
sin bajar la cabeza ante la adversidad, no es de héroes,
simplemente es el aceptar los límites de la existencia.
Dudar y buscar la verdad no siendo esclavos,
ni sometidos por las opiniones o actos otros,
construyendo nuestra propia identidad,
nos presenta ante la vida como extraños.
Quizá el defender ser extraño sea una quimera,
pero la diferencia es una semilla que crece,
alimentada de la auténtica libertad de pensar.

By Clemente