Entre la empatía y el sentido común,
la comprensión se abre camino.
Un sendero donde el otro forma parte,
de un universo más humano y solidario.
Es fácil juzgar las debilidades ajenas,
basadas en el desconocimiento de la realidad.
Cada ser humano tiene su propio mundo,
en el que conviven sonrisas y lágrimas.
Conflictos internos escondidos en su alma,
causando sombras sobre su felicidad.
Quizá desde la barrera o la displicencia,
los demás no merezcan la escucha.
La escucha se convierte en la oportunidad,
en la mano tendida para seguir caminando.
Un acto de comprensión de los porqués,
y aprender de los obstáculos ajenos.
Empatizar con el dolor, el miedo o la angustia,
no es una perdida de tiempo, es un aprendizaje.
A lo mejor necesitemos una gran dosis de humildad,
para lograr conectar con el universo de los sentimientos.
By Clemente