De un perchero cuelga la toga,
de quien en su dia sabia juzgar.
Alguien con un corazón sabio,
que rehuyó de leyes estériles.
Apartó de si la mediocridad,
de normas obsoletas y aciagas.
El coste de entender la justicia,
le hizo comprender el horror,
de una sociedad vengativa.
Una venganza que retroalimenta,
y esparce el veneno del odio.
Coger un mazo para prejuzgar,
es menospreciar la balanza.
Quizá porque existen vientos,
que nos empujan a los extremos.
Una toga colgada a tiempo,
abre las puertas del compromiso,
donde la verdad es un himno.
By Clemente