Las rapiñas se mueven sigilosas,
entre la envidia y la soberbia.
Alimañas despojadas de alma,
cuyo objetivo es deborar.
Seres incapaces de tener empatía,
ni mostrar compasión ajena.
Fáciles de identificar por su hedor,
y el rastro de dolor dejado.
Ante ellos surge la elección,
entre el sentido común y la sabiduría.
Ante ellos existe la bifurcación,
donde dejamos atrás la avaricia.
Ante la oscuridad la luz de la verdad,
se abrirá paso cual rayo fugaz.
Ante ellos solo cabe despojarlos,
del tiempo que necesitan para subsistir.
En vida existirán claros y sombras,
mas la libertad esclaviza o libera.
En la sensatez descubriremos el valor,
el aprecio de vivir sin limitaciones.
By Clemente