El deseo es como arena en la mano,
capaz de volar con una simple brisa.
Los sueños surgen como imágenes,
delicadas pinceladas de las ilusiones.
Soñar nos convierte en ligeras nubes,
traspasando la frontera de la realidad.
Un frontera bella de bordear con ternura,
sintiendo las caricias de los latidos.
Quizá el deseo sea efímero e intranscendente,
mas sin ellos somos estatuas inertes.
Seres sin la chispa necesaria para existir,
incapaces de iluminar con pasión la vida.
Son los aromas que desprende el corazón,
impregnados con la sencillez de la fuerza,
una intensidad que recorre las venas.
Soñemos, deseemos e ilusiosionemos la vida,
sintiéndonos vivos tocando las estrellas,
fusionando la realidad con la felicidad.
By Clemente