Los pasos que demos
pueden acercarnos,
o alejarnos.
Los gestos que mostremos,
pueden acercarnos
o distanciarnos.
La cercanía puede mostrar
la invisible soledad.
Una soledad que no distingue,
el lugar donde estemos.
Un salmón remontando un río,
en soledad luchará,
mas el agua vivo le hará sentir.
Un olivo milenario solo estará,
mas sentirá las caricias
de las disimuladas miradas.
Vivimos en un círculo
de energía,
que nos envuelve,
o nos ahoga el espíritu.
El epicentro será el latido,
la capacidad de cada cual,
para atraer o repeler.
La llamamos distancia,
cuando sentimos
el alejamiento,
pero no abrazamos
el acercamiento,
creando obstáculos.
La llamamos soledad,
cuando las trincheras cavadas,
hacen alargar la distancia.
Al emprender el viaje
no nos giramos,
para tender puentes de afecto,
enfriando cualquier recuerdo.
Quizá no encontramos el valor,
para hacer las maletas,
y embarcarnos unidos
en la aventura.
By Clemente