Qué valores defendemos,
y que osamos imponer,
a aquellos de cultura diferente.
Qué superioridad moral,
nos autoriza a señalar
a quien solo desea vivir.
Sin darnos cuenta,
hemos sido derrotados,
al mancharnos las manos,
de la sangre derramada
por la pobreza.
Ya no somos modelo de sociedad
al que quieran imitar,
simplemente huyen del hambre,
aunque la muerte encuentren.
Algún día nos miraremos,
ante el espejo y veremos
nuestro rostro con horror.
By Clemente