En la profundidad de las palabras,
a veces se deslizan las dudas.
Unas dudas embullidas en la perspectiva,.
la percepción de cuál es su significado.
En ocasiones algo simple se complica,
al mezclar la escucha y un pensamiento.
En otras la percepción nos confunde,
interpretando lo que podría ser y no es.
Demasiado ruido en nuestra mente,
impidiendo conectar y poder escuchar.
En la transparencia del agua encontramos,
el reflejo de lo que somos y deseamos.
La claridad de cada gota surge de la verdad,
de la autenticidad de los gestos y la mirada.
Un hilo conductor traspasándonos,
recorriendo nuestro interior hasta expresarlo.
Un fino equilibrio que no contiene,
que no esconde dobles sentidos ni dudas.
Esa claridad surgida de la mirada sincera,
al horizonte y escuchando con el corazón.
Un horizonte al que nos llevan las mareas,
las olas de sinceridad con las que navegamos.
Pues no existe agua cristalina sin una mirada,
clara y transparente, espejo del alma.
Espejo de un espíritu expresando la sencillez,
y nada tiene atajos ni ocultas intenciones.
Quizá por que la magia de la claridad,
está en la sencillez de la verdad y la humildad.
By Clemente