En la dialéctica por descubrir la verdad,
despreciamos valorar la profundidad.
Convertimos comentarios en hechos,
con la voracidad de un espectador.
Espectadores de circos mediáticos,
donde las palabras son juegos.
Juegos de disfraces para disfrutar,
vistiendo togas y erigiéndonos en jueces.
Nos designamos como jueces y parte,
dejándonos llevar por la marea.
Pero cuando lo cierto se diluye,
cual azucarillo en aguas turbias.
Descubrimos lo sencillo de la manipulación,
sintiéndonos traicionados y hastiados.
Incapaces de reconocer ser participantes,
de un espectáculo diseñado para consumidores.
Quizá unas gotas de pudor y autocrítica,
nos evitaría caer en la trampa de la sátira.
By Clemente