La alegría sin vida se convierte en lágrima.
Una vida sin caminos definidos y abruptos,
siembran confusión y miedos.
Un miedo disuelto cuando nos apoyamos,
traspasando la sombra del aislamiento.
Pues nunca una ocurrencia aislada resolvió,
dió con la solución a un momento problemático.
Las soluciones requieren sonrisas de luz,
un destello provocado por la solidaridad.
Una generosidad colectiva capaz de regar,
de alimentar un movimiento compulsivo.
Una acción hacia adelante que rompa la barrera,
que transforme en realidad las esperanza.
El camino inverso, desembocará en frustración,
una vuelta al miedo y la anarquía en los deseos.
By Clemente