Nacemos con las manos desnudas.
Nos iremos con las manos desnudas.
Mas vivimos para llenar las manos,
cual necesidad imperiosa.
Un necesidad surgida de la abundancia,
olvidando que no se compra la felicidad.
Una necesidad haciéndonos esclavos,
reclamándonos una lealtad inquebrantable.
Sin darnos cuenta nos encadena,
llegando a actuar cual marea.
Debiéramos liberarnos dando destino,
protagonismo a unas manos abiertas,
para crear equilibrios que nos permitan,
disfrutar de la belleza que es vivir en libertad.
By Clemente