En un mundo donde se abren distancias,
fronteras entre lo posible y lo imposible.
Abismos abiertos en los límites con lo real,
provocando la involución de la humanidad.
Un tiempo en el que lo fértil y lo estéril,
se encuentran en una oposición feroz.
Encontrar motivos para ser optimista,
surge cual reto de futuro y de esperanza.
Época en la que las ilusiones se diluyen,
dejando paso a una lucha encarnizada .
Lucha por consumir los días en paz,
sin los sobresaltos de la oscuridad.
Un batalla por defender ideas y sueños,
frente a dogmas y oscuras pesadillas.
Ideas sustentadas en la libertad personal,
capaces de construir ámbitos de convivencia.
La renuncia dejará paso a una marea retrograda,
nacida de la convicción del camino inverso.
Quizá el problema sea no llamar a las cosas,
por lo que son, no por lo que parecen.
Quizá deberíamos creer en la fertilidad,
en el fruto de evolucionar como humanidad,
dejando la prehistoria en su época y lugar.
By Clemente