Quienes dicen que no existen las ideologías,
enmascaran las verdaderas intenciones de sus ideas.
Ocultan la verdadera ideología en la que creen,
que no es otra que coartar la libertad ajena.
Un pensamiento cuyas raíces está en el negar,
en rechazar que existan diferentes ideas.
Un pensamiento único llevado al nivel de creencia,
donde la superioridad moral es el credo.
Una superioridad moral que decide como vivir,
imposibilitando cualquier discrepancia, para ellos estéril.
Decir que no es una ideología es una falacia,
pues es un insulto a la inteligencia humana.
Son esos que levantan estandartes de salva patrias,
cuyas soluciones siempre son las mismas.
Señalar, denigrar, insultar y si es posible agredir,
no solo son formas, son su forma de convivir.
Formas que germinan con la complicidad de la soberbia,
oídos deseosos de ver al contrario humillado y apartado.
Son esos que llegados al poder convierten la paz en sangre,
la convivencia en un infierno y los derechos en obsequio.
Lo verdadera aberración es la libertar de expresión,
la cual defienden hasta que ya no la necesitan,
Escucha como desprecian a las mujeres por sus defensas,
como son señaladas por querer tener derechos.
Escucha como desprecian al inmigrante por su color,
simplemente porque desean sobrevivir en otro mundo.
Escucha como señalan, insultan y agreden por pensar,
la diferencia para ellos es un estorbo y una aberración.
Utilizan las religiones como bandera de escrutinio,
separando a buenos y malos por designación divina.
La única verdad es que todas las guerras mundiales,
han sido originadas por esos que dicen no tener ideología,
y cierto es, porque su razón de existir es la inexistencia,
del otro.
By Clemente