Entre acantilados
esculpidos
por la furia del mar,
escultor incansable
entre mareas en calma
y tormentas.
Un mundo de agua
y roca
en lucha constante,
creando
y destruyendo
figuras inesperadas.
Un mundo dual
donde la vida
se complementa,
dos caras
de una misma existencia.
Océano intrépido
deseando gobernar
las costas,
acantilados erigiéndose
defensores de las tierras.
En pie al borde
del acantilado
me siento pequeño,
insignificante
ante una batalla
de la que no soy parte.
Un duda brota
ante el salpicar
de mar en mi cara,
una incógnita llena
de sensaciones
contradictorias.
Los límites
entre libertad y esperanza
se difuminan,
como la brisa
con las gotas
del salpicar de las olas.
Dos partes
de una existencia
que se necesitan,
como el agua y la sed
en el andar por el desierto.
By Clemente