Un lobo con ojos azules,
solitario recorría
los bosques,
a su presencia
indiferentes,
cuales estatuas
inertes.
Un lobo existiendo
en soledad,
vagando por praderas
nevadas,
sin rastro
que seguir
ni buscar,
sin esperanza
de un igual encontrar.
En ocasiones
bajaba por el valle,
en ellas ovejas
de lana blanca,
junto al humano
pastaban,
donde el lobo
nunca se acercaría.
El lobo se sentaba
a distancia,
de fieras disfrazadas
de ovejas,
y humanos habidos
de matar,
desterrando
de su vida la piedad.
El silencio se puede
abrazar y amar,
mas lejos de quienes
cultivan la ira,
que disfrazados
de mansos están,
insaciables
en su voracidad.
Un silencio lleno de paz
y tranquilidad,
pues en la ausencia
de ruido
surge la verdad,
aquella que distingue
el grano de la paja,
permitiendo
una existencia
libre y sin sombras.
By Clemente