En la profundidad

de la oscuridad,

entre noches sin luna

y nubladas.

Un silencio absoluto

se extiende,

como un mantra lento

y constante.

Los pasos suenan huecos

y lejanos,

sonidos impregnados

de olvidos.

Entre ellos conviven sordos

y ciegos,

transformando

los obstáculos.

Ellos nos abren los ojos

y los oídos,

a quienes deberíamos

escuchar.

Observan en sus penumbras

los días,

mientras otros solo extienden

sombras.

Cuanta ironía esconde

la actitud,

la soberbia del poder

de la verdad,

imponiendo conflictos

y adversidad.

Mientras los sordos

y los ciegos,

con la humildad

de sus limitaciones,

se abren caminos venciendo

las adversidades.

Buscar avanzar

entre un mar negro,

en un época hábil

con el insulto,

un obsceno delirio

por retroceder,

en el que la libertad

es limitada,

encadenada por talibanes

de las ideas.

Quizá somos ciegos

los que vemos,

y sordos los que escuchar

podemos.

Lo fácil y lo sencillo

es destruir,

pero cuan difícil

es considerarnos iguales,

lo complicado de resolver

la pobreza,

la injusticia a la que se somete

a los jóvenes,

la incomprensión por quienes

huyen del horror.

al menos intentemos

abrir los ojos,

siendo imprescindible que abramos

el corazón.

By Clemente.

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