Un fino hilo une el espíritu

con la mente,

transportando una energía

inagotable.

Una mente cuyos misterios

guardamos,

tesoro por descubrir

y por mostrarnos.

Dualidad entre lo tangible

y lo intangible,

en la frontera de lo creíble

y lo increíble.

Un todo surge en el cerebro

en cada instante,

movimientos, gestos, afectos

e ilusiones.

El poder de gobernar nuestros

latidos,

de la respiración e incluso

la inspiración.

Una inspiración nacida

sin ser visible,

aunque plasmada en cada

creación.

Ver y escuchar, vías

de comunicación,

de percepción e incluso

expresión.

Un cerebro capaz de trasladar

el espíritu,

allí donde la comprensión

se atasca.

Quizá el empeño de palpar

nos pierde,

Impidiendo sentir y percibir

los detalles.

Quizá por la obsesión

de confundir,

de relacionar espíritu

con el credo.

Espíritu inexplicable motivando

la vida,

aportando un razón para

la existencia.

Una razón alejada

del razonamiento,

de cualquier idea

o conocimiento.

Una razón en confrontación

con los tabúes,

con ese empeño por limitar

el ser libres.

Ser libres en el desarrollo

de lo que somos,

en un binomio en constante

fusión,

cuyo fin último es trascender

en esta vida.

Dejando una huella inconfundible,

en el tránsito por ésta

existencia.

By Clemente

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