Susurra en la oscuridad de la noche,
u oculta entre las sombras de los amaneceres.
Disimuladas sonrisas sin mostrar el frío,
fingiendo la alegría tras abrazos cálidos.
Pasos silenciosos helando los caminos,
hurtando el brillo de la vida sin saberlo.
La innombrable va invadiendo el aire,
sin aromas, ahogando la existencia.
Asfixiando e impidiendo sea reconocida,
traicionando la lealtad de los latidos.
Latidos apagándose cada minuto que pasa,
sin reconocer su causa ni significado.
Atrapando la vida en un túnel de oscuridad,
imposible de salir sin un salvavidas.
La violencia tiene nombre y hay que decirlo,
es una plaga miserable que no tiene excusa.
Silenciosa a veces y estruendosa en otras,
a la cual hay que enterrar sin escrúpulos.
Una violencia con destino a las mujeres,
aunque haya quien crea su inexistencia.
No se puede disimular el rojo de la sangre,
o las lágrimas de tristeza derramadas.
El sinsentido es un río que arrastra,
destruyendo la felicidad con terror.
Ante ello la opción, no es el silencio,
solo vale el grito que rompa cadenas.
Abrir los ojos, dando la espalada a la tiranía,
conquistando la libertad de elegir el destino.
Destino a lugares alejados de la oscuridad,
donde reconstruir la vida con fuerza.
Siempre existe una oportunidad para empezar,
aunque entre todos hay que cooperar.
Desterremos la violencia con la fuerza,
con la garra de quien defiende su libertad.
By Clemente