Al ritmo de las olas
de un mar en calma,
un barco se acerca
al muelle de la espera.
Un muelle lleno de soledad,
con aroma a salitre
y el trasiego de la pesca.
El tiempo no quiso pasar
por sus cadenas,
ni de unos muros,
reflejados en sus aguas cristalinas.
Un barco avanzando lentamente
al encuentro,
para ofrecer su pequeño casco
como abrigo.
Pintado con trazos blancos
de una punta a la otra,
y delicadas pinceladas de azul,
en foma de gaviota.
El inicio de un viaje sin retorno,
vuelve la mirada,
en una despedida en soledad
y sin palabras.
Una mirada en el que las lágrimas
son contenidas,
pues es mayor la fuerza,
la belleza de la tranquilidad.
Una emoción, una ilusión
y un viaje de esperanza,
remos de un barco
camino a la libertad.



By Clemente

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