Volaba a un paraiso de la naturaleza, donde la música,
era cantada por los pájaros y el agua esquivando las piedras.


Flores blancas, violetas y rojas, cuyas semillas acariciaban,
unas abejas afanadas en dar vida a un vergel natural.


Mariposas de infinidad de colores y formas, volaban,
dando colorido y belleza, con la majestuosidad de sus alas.


Me agaché al borde del riachuelo y con mis manos abiertas,
acarice el agua fresca y cristalina, sintiendo su vida.


Entre mis dedos escaparon las gotas de agua, para retornar,
seguiendo lentamente su curso de infinita vitalidad.


Me senté, cerré los ojos y sentí en mi cara las brisas,
el aire rodeando mis mejillas, intentando conocer quien era.


Pareciera una vida llena de anarquía, mas la armonía,
las melodias,los susurros, cada vida tenía su lugar.


Mis oidos empezaron a sentir las vibraciones de la belleza,
sonidos diminutos que solo el silencio escucha.


Enmudecido me dejé ir, sin esperar nada y sintiendo todo,
convirtiéndome en una esponja que absorbe sentidos.


Un vuelo de un sueño tan profundo del cual no deseaba,
me resistía despertar, resistiéndome a no soñar.


Un sueño unido a un hilo de libertad y tranquilidad,
capaz de llenar de luz y guía, cual manantial.


Efímero vuelo pero eterna sensación de abrazar,
de amar la paz por encima de cualquier avatar.


By Clemente

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s