Las ideas son la fuente del pensamiento,
fogonazos iluminando la sabiduría.
Una fuente de la que fluyen soluciones,
sorteando los intrincados problemas.
Ideas que brotan desordenadas y sin sentido,
aunque la paciencia va permitiendo su lógica.
Cuando decidimos que las ideologías son absurdas,
nos entregamos a las ocurrencias del momento.
Cuando desdeñamos el pensamiento global,
nos abandonamos en los brazos del individuo.
Creemos que el individuo está por encima,
en la cúspide de una piramide vacía.
Un individuo sin ideología nunca se reconocerá,
al igual un sabio que olvide su fuente, el pensamiento.
Quizás creamos estar en una existencia única,
olvidando la necesidad de convivir y compartir.
Detenernos y pensar para dar sentido a todo,
o al menos a lo esencial es la ideología.
Una palabra triturada y ensombrecida por envejecida,
a pesar de necesitarla de forma irrenunciable.
By Clemente