Navegar por mares en calma,
con la tranquilidad por bandera.
Surcar océanos turbulentos,
con la piel erizada por los sentimientos.
Enfrentarte a la tempestad,
aceptando la dificultad de la adversidad.
Barco con mástiles de madera,
pulidos con la fuerza de la aventura.
Velas izadas con cuerdas de esperanza,
abrazando el viento destinado a la victoria.
Una victoria fraguada en el horno,
de la libertad para decidir el destino.
Decidir ese gran viaje emprendido,
sin corazas y el avituallamiento de lo soñado.
La magia decidir nuestro propio destino,
es la maxima expresión de amar lo vivido.
By Clemente